𝙇𝙖 𝙢𝙚𝙟𝙤𝙧 𝙢𝙚𝙙𝙞𝙘𝙞𝙣𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙪𝙣 𝙘𝙤𝙧𝙖𝙯ó𝙣 𝙩𝙧𝙞𝙨𝙩𝙚 𝙚𝙨 𝙞𝙧 𝙖 𝙪𝙣 𝙥𝙨𝙞𝙘ó𝙡𝙤𝙜𝙤 𝙤 𝙪𝙣 𝙥𝙨𝙞𝙦𝙪𝙞𝙖𝙩𝙧𝙖.
Luchemos por normalizar la atención psicológica y psiquiátrica sin tener miedo a ser juzgados y estigmatizados. Seamos esa mano que se extiende a alguien que necesita de nuestro apoyo.